Mark Twain

(1835-1910) Seudónimo de Samuel Langhorne Clemens, escritor y periodista estadounidense.

Frases célebres

Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.

Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.

Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva.

El 28 de diciembre nos recuerda lo que somos durante los otros 364 días del año.

Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda.

Cuando era más joven podía recordar todo, hubiera sucedido o no.

Para lograr todo el valor de una alegría has de tener con quien repetirla.

He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él.

Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.

Si dices la verdad, no tendrás que acordarte de nada.

Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.

El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena.

El paraíso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía.

Un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover.

¿Por qué nos alegramos en las bodas y lloramos en los funerales? Porque no somos la persona involucrada.

La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer.

Honestidad: la mejor de todas las artes perdidas.

Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces.

Recogéis a un perro que anda muerto de hambre, lo engordáis y no os morderá. Esa es la diferencia más notable que hay entre un perro y un hombre.

Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas.

Al cumplir los setenta años me he impuesto la siguiente regla de vida: No fumar mientras duermo, no dejar de fumar mientras estoy despierto, y no fumar más de un solo tabaco a la vez.

La gran diferencia entre un gato y un mentiroso es que el gato tiene apenas nueve vidas.

La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga.

Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.