Oscar Wilde

(1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés. Es considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío. Entre sus obras destacan: El retrato de Dorian Gray y La importancia de llamarse Ernesto

Frases célebres

El único deber que tenemos con la historia es rescribirla.

La vida es simplemente un mal cuarto de hora formado por momentos exquisitos.

El único deber es el deber de divertirse terriblemente.

Cualquiera puede hacer una cosa, el mérito está en hacer creer al mundo que uno lo ha hecho.

Cuanto más conservadoras son las ideas, más revolucionarios los discursos.

Después de todo, ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.

Mientras que para la sociedad no existe mayor pecado que la vida contemplativa, los más cultos opinan que la contemplación es la ocupación natural del hombre.

Si nunca se habla de una cosa, es como si no hubiese sucedido.

Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie.

Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor.

El mundo llama inmorales a los libros que le explican su propia vergüenza.

En asuntos de vital importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo verdaderamente vital.

Todos matan lo que aman: el cobarde, con un beso; el valiente, con una espada.

En los mejores días del arte no existían los críticos del arte.

Parecer discreto vale tanto como entender una cosa, y es mucho más fácil.

Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos.

La moda es siempre un esperpento tal que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.

Un sentimental es un hombre que ve un absurdo valor en todo, y no conoce el precio fijo de nada.

Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción.

La desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la desobediencia y la rebelión se ha realizado el progreso.

Hablan mucho de la belleza de la certidumbre como si ignorasen la belleza sutil de la duda. Creer es muy monótono; la duda es apasionante.

En esta vida la primera obligación es ser totalmente artificial. La segunda todavía nadie la ha encontrado.

Cualquiera puede hacer historia; pero sólo un gran hombre puede escribirla.

La razón de que todos seamos tan amigos de pensar bien de los demás, es que todos tememos por nosotros mismos. La base del optimismo es simplemente el miedo.