Woody Allen

(1935-?) Actor, director y escritor estadounidense.

Frases célebres

Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.

El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.

Sólo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda no me acuerdo.

En realidad, prefiero la ciencia a la religión. Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire.

El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír.

El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia.

El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro.

El sexo sólo es sucio si se hace bien.

El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas.

La única manera de ser feliz es que te guste sufrir.

La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.

De pequeño quise tener un perro, pero mis padres eran pobres y sólo pudieron comprarme una hormiga.

En mi casa mando yo, pero mi mujer toma las decisiones.

Para ti soy ateo. Para Dios, la oposición.

No le temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda.

Prefiero que me incineren a que me sepulten y ambas cosas a un fin de semana con mi mujer.

Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas.

Lo que más odio es que me pidan perdón antes de pisarme.

Tomé un curso de lectura rápida y fui capaz de leerme 'La guerra y la paz' en veinte minutos. Creo que decía algo de Rusia

Si Dios tan sólo me hiciera una simple señal, como hacer un ingreso a mi nombre en un banco!

Odio la realidad, pero es en el único sitio donde se puede comer un buen filete.

¿Existe el Infierno? ¿Existe Dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, no olvidemos lo más importante: ¿Habrá mujeres allí?

Y mis padres por fin se dan cuenta de que he sido secuestrado y se ponen en acción rápidamente: alquilan mi habitación.

Antes, por cinco marcos, el mismo Freud te trataba. Por diez, te trataba y te planchaba los pantalones. Por quince marcos, Freud permitía que tú le tratarás a él y eso incluía una invitación a comer.