Friedrich Schiller

(1759-1805) Johann Christoph Friedrich von Schiller. Poeta y dramaturgo alemán

Frases célebres

La diversión es como un seguro, cuanto más viejo eres más te cuesta.

No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.

Haciendo el bien nutrimos la planta divina de la humanidad; formando la belleza, esparcimos las semillas de lo divino.

No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.

Sólo la fantasía permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás no envejece nunca.

Quien vive entre los deleites y los vicios ha de expiarlos luego con la humillación y la miseria.

Cuanto más alto coloque el hombre su meta, tanto más crecerá.

Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino.

La libertad existe tan sólo en la tierra de los sueños.

En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga.

La palabra es libre; la acción muda; la obediencia ciega.

¿Qué es la mayoría? La mayoría es un absurdo: la inteligencia ha sido siempre de los pocos.

Si quieres conocerte, observa la conducta de los demás. Si quieres comprender a los demás, mira en tu propio corazón.

Hablar con mucha cortesía a veces conquista y otras empalaga.

Hambre y amor mantienen cohesionada la fábrica del mundo.

Es muy dulce ver llegar la muerte mecido por las plegarias de un hijo.

El tiempo es el ángel del hombre.

Solamente cuando madura cae el fruto de la fortuna.

Una memoria ejercitada es guía más valiosa que el genio y la sensibilidad.

El amor es la única cosa de este mundo que no quiere más comprador que a sí mismo.

El encanto de la belleza estriba en su misterio; si deshacemos la trama sutil que enlaza sus elementos, se evapora toda la esencia.

Sólo conoce el amor quien ama sin esperanza.

No existe ningún hombre que si puede ganar el máximo se conforme con el mínimo.

A todos pertenece lo que piensas; tuyo es sólo lo que sientes: si quieres hacerlo tuyo, siente a ese Dios en el que piensas.