Thomas Hobbes

(1588-1679) Filósofo y tratadista político inglés.

Frases célebres

Al deseo, acompañado de la idea de satisfacerse, se le denomina esperanza; despojado de tal idea, desesperación.

La ociosidad es la madre de la filosofía.

Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa, no encuentra trabas a su voluntad.

De la igualdad de habilidades surge la igualdad de esperanzas en el logro de nuestros fines.

La base de todas las sociedades grandes y duraderas ha consistido, no en la mutua voluntad que los hombres se tenían, sino en el recíproco temor.

El hombre es un lobo para el hombre.

La risa no es más que la gloria que nace de nuestra superioridad.

Los que aprueban una opinión, la llaman opinión; pero los que la desaprueban la llaman herejía.

Las ideas estimulan la mente.

Las nociones de rectitud e ilicitud, justicia e injusticia, no tienen lugar en la guerra.

La guerra no consiste sólo en la batalla sino en la voluntad de contender.

En la naturaleza del hombre encontramos tres causas principales de querella: la competencia, la desconfianza y la gloria.

El que renuncia a un derecho solamente se quita de en medio para poder gozar del mismo sin impedimento de su parte.

No buscamos la sociedad por amor a ella misma, sino por los honores o los beneficios que puede reportarnos.

Una democracia no es en realidad más que una aristocracia de oradores, interrumpida a veces por la monarquía temporal de un orador.

Hay muy pocos que sean tan necios que no prefieren gobernarse a sí mismos antes que ser gobernados por otros.

Cuando dos hombres desean la misma cosa que no pueden gozar juntos se convierten en enemigos.

La ley primera y fundamental de la naturaleza es buscar la paz.

Cuando los hombres construyen sobre falsos cimientos, cuanto más construyan, mayor será la ruina.