Martin Luther King

(1929-1968) Religioso estadounidense, premio Nobel de la Paz, uno de los principales líderes del movimiento para la defensa de los derechos fundamentales e importante valedor de la resistencia no violenta ante la discriminación racial.

Frases célebres

Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.

Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.

Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir.

Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor.

La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve.

Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.

Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.

Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.

Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda.

La injusticia, allí donde se halle, es una amenaza para la Justicia en su conjunto.

La discriminación de los negros está presente en cada momento de sus vidas para recordarles que la inferioridad es una mentira que sólo acepta como verdadera la sociedad que los domina.

Sostengo que quien infringe una ley porque su conciencia la considera injusta, y acepta voluntariamente una pena de prisión, a fin de que se levante la conciencia social contra esa injusticia, hace gala, en realidad, de un respeto superior por el derecho.

El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.

De mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi la técnica de la acción.

Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, descuidado.

El brazo del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia.

La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Solo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio. Solo el amor puede hacerlo.

La pregunta más urgente y persistente en la vida es: ¿Qué estás haciendo por los demás?

He decidido apegarme al amor. El odio es una carga demasiado grande para soportar.

Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca perder la infinita esperanza.

Me niego a aceptar la idea de que la humanidad está trágicamente vinculada a la opaca medianoche del racismo y de la guerra, que hacen imposible alcanzar el amanecer de la paz y la fraternidad.