Maurice Maeterlinck

(1862-1949) Escritor belga.

Frases célebres

La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.

El dolor es el alimento esencial del amor; cualquier amor que no se haya nutrido de un poco de dolor puro, muere.

A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas.

Más interesante que lo que la gente dice es su pensamiento secreto, y esto es lo que importa conocer.

Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que no conocía.

Lo mejor de los viaje es lo de antes y lo de después.

El pasado siempre está presente.

Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido.

Aprendamos a esperar siempre sin esperanza; es el secreto del heroísmo.

El primero de nuestros deberes es poner en claro cuál es nuestra idea del deber.

Los grandes hombres y mujeres tienen confianza en el destino, conocen parte de su porvenir, porque son parte de él.

Cuando perdemos a alguien a quien amamos, nuestras lágrimas amargas se suscitan por el recuerdo de las horas en las que no amamos lo suficiente.

No hay vidas pequeñas; cuando la miramos de cerca, toda vida es grande.

A cada espíritu de progreso se le oponen un millar de mentes mediocres designadas para custodiar el pasado.

Un acto de bondad es por sí mismo un acto de felicidad.