José Ortega y Gasset

(1883-1955) Filósofo y ensayista español.

Frases célebres

Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.

El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.

La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.

La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora.

El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama.

No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter.

La mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella.

El amor auténtico se encuentra siempre hecho. En este amor un ser queda adscrito de una vez para siempre y del todo a otro ser. Es el amor que empieza con el amor.

Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos.

Una buena parte de los hombres no tiene más vida interior que la de sus palabras, y sus sentimientos se reducen a una existencia oral.

No hay amor sin instinto sexual. El amor usa de este instinto como de una fuerza brutal, como el bergantín usa el viento.

La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.

El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho.

Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender.

Yo soy yo y mi circunstancia.

El que no pueda lo que quiera, que quiera lo que pueda.

Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen.

Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes.

Enamorarse es sentirse encantado por algo, y algo sólo puede encantar si es o parece ser perfección.

Los hombres más capaces de pensar sobre el amor son los que menos lo han vivido; y los que lo han vivido suelen ser incapaces de meditar sobre él.

La civilización no dura porque a los hombres sólo les interesan los resultados de la misma: los anestésicos, los automóviles, la radio. Pero nada de lo que da la civilización es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Sólo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde.

Es importante acentuar el papel que juegan sobre el amor la fisonomía y los gestos tales como un beso. Revelan el auténtico ser de la persona que amamos.

Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha matado en vida: es un suicida en pie. Su existencia consistirá en una perpetua fuga de la única realidad que podía ser.

Que no sabemos lo que nos pasa: eso es lo que nos pasa.