Platón

(427 AC-347 AC) Filósofo griego.

Frases célebres

Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen.

La mejor tumba es la más sencilla.

¿Quién es, pues, el creador y padre de este Universo? Difícil es encontrarlo; y cuando se ha encontrado, imposible hacer que la multitud lo conozca.

El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.

Todo lo que se llama estudiar y aprender no es otra cosa que recordar.

Aprendiendo a morir se aprende a vivir mejor.

El hombre inteligente habla con autoridad cuando dirige su propia vida.

La civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza.

Teme a la vejez, pues nunca viene sola.

Los espíritus vulgares no tienen destino.

Es necesario diferenciar las cosas: lo que siempre existe sin haber nacido, y lo que siempre está comenzando sin jamás llegar a ser.

El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.

La libertad está en ser dueños de la propia vida.

Si bien buscas, encontrarás.

Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía.

No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la verdad.

El tiempo es una imagen móvil de la eternidad.

Si el semblante de la virtud pudiera verse, enamoraría a todos.

Los hombres viven celosos de la inmortalidad.

Lo que se mueve por sí mismo es inmortal.

Frío e insípido es el consuelo cuando no va envuelto en algún remedio.

En torno de la esencia está la morada de la ciencia.

En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso.

De virtud hay una especie, de maldad, muchas.