Joseph Joubert

(1754-1824) Ensayista y moralista francés. Autor del libro "Pensamientos" publicado póstumamente.

Frases célebres

La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; sólo el corazón nos dice lo que es preciso hacer.

Lo que sorprende, sorprende una vez, pero lo que es admirable lo es más cuanto más se admira.

El genio comienza las grandes obras, pero sólo el trabajo las acaba.

No hay que elegir por esposa sino a la mujer que uno elegiría por amigo si fuera hombre.

La ternura es el reposo de la pasión.

Unos gustan decir lo que saben; otros lo que piensan.

El placer no es sino la felicidad de una parte del cuerpo.

Enseñar es aprender dos veces.

Un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar.

El motivo no existe siempre para ser alcanzado, sino para servir de punto de mira.

Es mejor debatir una cuestión sin resolverla, que resolver una cuestión sin debatirla.

Como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la elección de sus gobernantes pide una reflexión profunda.

Es preciso considerar el pasado con respeto y el presente con desconfianza si se pretende asegurar el porvenir.

Los niños necesitan más de modelos que de críticos.

Las mejores leyes nacen de las costumbres.

La imaginación es el ojo del alma.

El que tiene imaginación sin instrucción tiene alas sin pies.

El dinero es un estiércol estupendo como abono, lo malo es que muchos lo toman por la cosecha.

Muchos van hacia la verdad por los caminos de la poesía. Yo llego a la poesía, por los caminos de la verdad.

Solamente el hombre religioso es siempre el mismo. Porque su Dios no cambia.

Libertad moral es la única libertad verdaderamente importante.

A veces los pensamientos nos consuelan de las cosas, y los libros de las personas.

Cuando se ama es el corazón quien juzga.

El alma es una materia luminosa que quema sin consumir; nuestro cuerpo es el fanal.