Julio Cortázar

(1914-1984) Escritor argentino.

Frases célebres

Vení a dormir conmigo:
no haremos el amor, él nos hará.

Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.

¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?

En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento.

Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir.

La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.

Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha.

Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.

¿Qué quieres? El amor pide calle, pide viento, no sabe morir en la soledad.

Hacés mal en ilusionarte, yo estoy lejos de todo. Tan lejos que me da asco.

Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás.

Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos...

Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas.

No cualquiera se vuelve loco, esas cosas hay que merecerlas.

Lo sabes bien, todo lo que nos desune es en el fondo lo que nos deja vivir tan bien juntos.

Yo creo que la única gran pérdida son las ilusiones, y a veces las certidumbres, por hermosas que sean, no alcanzan a reemplazarlas.

Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser.

Es raro cómo se puede perder la inocencia de golpe, sin saber siquiera que ha entrado en otra vida.

Pero existe algo que el tiempo no puede, a pesar de su innegable capacidad destructora, anular: y son los buenos recuerdos, los rostros del pasado, las horas en que uno ha sido feliz.