José Saramago

(1922-2010) Escritor portugués. En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura en que se destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».

Frases célebres

Buena verdad es que ni la juventud sabe lo que puede, ni la vejez puede lo que sabe.

El tiempo no es una cuerda que se pueda medir nudo a nudo, el tiempo es una superficie oblicua y ondulante que sólo la memoria es capaz de hacer que se mueva y aproxime.

El mundo se está convirtiendo en una caverna igual que la de Platón: todos mirando imágenes y creyendo que son la realidad.

(...) porque la vida se ríe de las previsiones y pone palabras donde imaginábamos silencios y súbitos regresos cuando pensábamos que no volveríamos a encontrarnos.

En el fondo, hay que reconocer que la historia no es selectiva, también es discriminatoria, toma de la vida lo que le interesa como material socialmente aceptado como histórico y desprecia el resto, precisamente donde tal vez se podría encontrar la verdadera explicación de los hechos, de las cosas, de la puta realidad. En verdad os diré, en verdad os digo que vale más ser novelista, ficcionista, mentiroso.

La identidad de una persona no es el nombre que tiene, el lugar donde nació, ni la fecha en que vino al mundo. La identidad de una persona consiste, simplemente, en ser, y el ser no puede ser negado.

La ceguera también es esto: vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza.

Las cosas funcionan mal si les falta la caricia de la piel humana.

La esperanza, sólo la esperanza, nada más, se llega a un punto en que no hay nada más que la esperanza, y entonces descubrimos que aún lo tenemos todo.

Lo que tenga que ser, será. Conozco esa filosofía. Suelen llamarle predestinación, fatalismo, hado, pero lo que realmente significa es que harás lo que te dé la real gana, como siempre.