Cicerón

(106 AC-43 AC) Marco Tulio Cicerón. Escritor, orador y político romano.

Frases célebres

Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma.

Las enemistades ocultas y silenciosas, son peores que las abiertas y declaradas.

La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos.

Nada resulta más atractivo en un hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia.

Humano es errar; pero sólo los estúpidos perseveran en el error.

Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo.

No sé, si, con excepción de la sabiduría, los dioses inmortales han otorgado al hombre algo mejor que la amistad.

El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes.

Quien contempla a un verdadero amigo, es como si contemplara a otro ejemplar de sí mismo.

Si queremos gozar la paz, debemos velar bien las armas; si deponemos las armas no tendremos jamás paz.

Para ser libres hay que ser esclavos de la ley.

Nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro.

Son siempre más sinceras las cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo.

Pensar es como vivir dos veces.

Los deseos del joven muestran las futuras virtudes del hombre.

La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos.

Hay que atender no sólo a lo que cada cual dice, sino a lo que siente y al motivo porque lo siente.

No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.

Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Lo falso no dura mucho.

Si quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto.

No es otra cosa la amistad que un sumo consentimiento en las cosas divinas y humanas con amor y benevolencia.

Los deseos deben obedecer a la razón.

Las leyes callan cuando las armas hablan.