Sándor Márai

(1900-1989) Escritor húngaro.

Frases célebres

Nunca son tan peligrosos los hombres como cuando se vengan de los crímenes que ellos han cometido.

El hombre hace suyo un lugar no sólo con el pico y la pala, sino también con lo que piensa al picar y palear.

Solo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estas leyendo.

Hay algo peor que la muerte, peor que el sufrimiento... y es cuando uno pierde el amor propio.

El deseo de ser diferente de lo que eres es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona.

Intento servir a los demás, lo que para mí constituye el único sentido de la vida.

Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes.

Pero como todo beso, éste es una respuesta, una respuesta torpe pero tierna a una pregunta que se escapa del poder del lenguaje.

La mayor parte de la gente no puede dar ni recibir amor porque es cobarde y orgullosa, porque tiene miedo al fracaso.

La realidad no es lo mismo que la verdad —respondió el general—. La realidad son sólo detalles.

La vida es un deber que estamos obligados a cumplir, ciertamente un deber pesado y complejo, por el cual a veces es necesario soportar sacrificios.

Ha intentado hacerse indiferente a los sentimientos mediante la razón, que es como intentar convencer con palabras y argumentos a un paquete de dinamita de que no explote.

El triste secreto de cada ser humano: que necesita mucha ternura, que no puede vivir sin amor.

Hay días en los que la gente tiene la sensación, de una manera instintiva pero segura, de haber recibido alguna señal, algún mensaje, algo que va a influir directamente en sus vidas.

Toda vida humana tiene algo único. Algo que uno prepara durante mucho tiempo, algo que cuida, que va formando poco a poco, que mima.