John Ruskin

(1819-1900) Crítico y escritor británico.

Frases célebres

La calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia.

La grandeza no se enseña ni se adquiere: es la expresión del espíritu de un hombre hecho por Dios.

La misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.

El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión.

Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.

Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.

El conocimiento de la belleza es el verdadero camino y el primer peldaño para la comprensión de las cosas que son buenas.

Haz justicia con alguien y acabarás por amarlo. Pero si eres injusto con él, acabarás por odiarlo.

Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón.

El mayor artista es aquel que en la suma de sus obras ha incorporado el mayor número de sus mejores ideas.

Un buen libro no sólo se escribe para multiplicar y transmitir la voz, sino también para perpetuarla.

Todos los libros pueden dividirse en dos clases: libros del momento y libros de todo momento.

Las grandes naciones escriben sus autobiografías en tres manuscritos: el libro de los hechos, el libro de las palabras y el libro del arte.

Cada vez que las facultades humanas alcanzan su plenitud, necesariamente se expresan mediante el arte.

De la rivalidad no puede salir nada hermoso; y del orgullo, nada noble.

La belleza del fruto está en proporción del tiempo que transcurre entre la semilla y la recolección.

No enseñéis a los niños nada de lo que no estéis absolutamente seguros. Mejor que ignoren mil verdades que no que conozcan una sola mentira.

No hay riqueza sino vida.

Desterrar la imperfección es destruir la expresión, oponerse al esfuerzo, paralizar la vitalidad.

Lo que pensamos, lo que sabemos, lo que creemos, a fin de cuentas, es de poca importancia. Lo único realmente trascendente es lo que hacemos.