George Sand

(1804-1876) Seudónimo de Amandine Aurore Lucie Dupin, baronesa Dudevant, novelista francesa del movimiento romántico.

Frases célebres

Nada se parece más a un hombre honesto que un pícaro que conoce su oficio.

La vida de un amigo, es la nuestra, como la verdadera vida de cada uno es la de todos.

La desgracia, al ligarse a mí, me enseñó poco a poco otra religión, distinta a la religión enseñada por los hombres.

No podemos arrancar una página del libro de nuestra vida, pero podemos tirar todo el libro al fuego.

Un hombre y una mujer son hasta tal punto la misma cosa que casi no se entiende la cantidad de distinciones y de razonamientos sutiles de los cuales se nutre la sociedad sobre este argumento.

El verdadero modo de no saber nada es aprenderlo todo a la vez.

¡Ay del hombre que quiere actuar sinceramente en el amor!

No somos sólo cuerpo, o sólo espíritu, somos cuerpo y espíritu a la vez.

Dos cuerpos pueden juntarse para producir otro, pero el pensamiento sólo puede dar vida al pensamiento.

Nos damos bien a la pena y nos imponemos privaciones para curar el cuerpo; se puede, pienso, hacer lo mismo para curar el alma.

El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno.

Mi profesión es ser libre.

El puro es el complemento indispensable de toda vida ociosa y elegante.

La sociedad no debe exigir nada de aquel que no espera nada de ella.

La naturaleza es una obra de arte, pero Dios es el único artista que existe, y el hombre no es más que un obrero de mal gusto.

Mis viajes más bellos, los más dulces, los he hecho al calor del hogar, con los pies en la ceniza caliente y los codos reposando en los brazos desgastados del sillón de mi abuela [...]. ¿Por qué viajar si no se está obligado a ello? [...]. Es que no se trata tanto de viajar como de partir; ¿quién de nosotros no tiene algún dolor que distraer o algún
yugo que sacudir?

Amar sin ser amado, es como encender un cigarrillo con una cerilla ya apagada.

Amo; por lo tanto creo.

El amor no vive mucho tiempo de dulces miradas y de cartas de amor.

No hay que desanimarse nunca. Los sueños vuelan, el trabajo queda.

La vida es un largo dolor que rara vez duerme y nunca se cura.