Séneca

(2 AC-65) Lucio Anneo Séneca. Filósofo latino.

Frases célebres

Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.

La voluntad es la que da valor a las cosas pequeñas.

Existe el destino, la fatalidad y el azar; lo imprevisible y, por otro lado, lo que ya está determinado. Entonces como hay azar y como hay destino, filosofemos.

El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo.

Muy sentida es la muerte cuando el padre queda vivo.

Lo que de raíz se aprende nunca del todo se olvida.

No podemos evitar las pasiones, pero si vencerlas.

Para saber algo, no basta con haberlo aprendido.

Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas.

Sin estudiar enferma el alma.

Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya.

Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.

Igual virtud es moderarse en el gozo que moderarse en el dolor.

Forma parte de la curación el deseo de ser curado.

El fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes.

El favor consiste no en lo que se hace o se da, sino en el ánimo con que se da o se hace.

Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente.

Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría.

Hay ciertas cosas que para hacerlas bien no basta haberlas aprendido.

No existe ningún gran genio sin un toque de demencia.

No hay árbol recio ni consistente sino aquel que el viento azota con frecuencia.

Tan grande como la turba de los admiradores es la turba de los envidiosos.

Sólo en la fortuna adversa se hallan las grandes lecciones del heroísmo.

Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo.